"Se viene una reestructuración del plantel como nunca se hizo desde que el club volvió a Primera”. La frase, en boca de un importante dirigente de Tigre, sonó fuerte en Victoria.
¿Hay hartazgo? ¿Ciclos cumplidos? ¿O se trata simplemente de un proceso natural? Un poco de cada cosa y, en especial, debido al pedido de Caruso Lombardi de querer contar con tres refuerzos por cada línea.
Para cumplir con este deseo del entrenador, los directivos deben poner el cartelito de venta sobre la mayoría de los históricos. Tras el Ascenso en el 2007 y los dos subcampeonatos, llegó la hora de traer varios jugadores.
La lista de los posibles emigrantes la encabeza, por supuesto, Carlos Luna. El delantero es al que más jugo le podrán sacar y ya recibieron varios sondeos.
Después lo siguen Leandro Lázzaro, Diego Castaño y Martín Morel; todos con contrato vigente. Mientras, Daniel Islas es inamovible y resta saber qué pasará con el Vasco Arruabarrena, a quien se le vence el vínculo.
La semana que viene, el técnico pasará al papel la nómina completa de los que quiere que arriben y de los que no tendrá en cuenta de cara al Apertura.
En cuanto a los nuevos, el entrenador pretende un lateral derecho y dos centrales para renovar abajo. En el medio, un volante central, más uno por cada banda. Y en el circuito ofensivo, un enganche y dos puntas. Claro que los arribos se irán dando al ritmo de los éxodos.
Por ejemplo, si el club no logra transferir al Chino Luna y a Lazzaro, difícilmente pueda incorporar otros delanteros. Caruso ya empezó a elegir y, aunque su última experiencia en Racing no fue muy buena (llevó 12 nuevos, de los que sólo dos son titulares), su olfato todavía tiene crédito.
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